Vívido

Los perros me quieren morder el cuello.
La gran ola me tumbo del puente.
Ahora recorro las calles como si fuera su dueño.
Empiezo a flotar y mover cosas con la mente.

Me escondo en los baños para arreglar mi maquillaje.
Me espera mi amante japonesa para amarrarme.
Ahora me conoces mejor por mis descalabrados mensajes.
En otros mundos puedo hacer de mi vida un alarde.

Quiero voltear los carros que me discriminan.
Volveré donde me esperan los sonámbulos.
Brota la violencia entre estas escabrosas epifanías.
De no estar viviendo me están culpando.

Sigo durmiendo en cuartos extraños.
Paseando por parqueaderos vacíos.
Sigo encontrando golpes en estos peldaños.
Quien me quiere se ha dado por vencido.

Saco las agujas de mis piernas.
Solo puedo ser un iluso espía.
Algún día puedas que entiendas…
… como explota esta poesía.