viernes, 4 de noviembre de 2011

Versos del Vacio - En la ausencia de la vida



Intrincado es el camino que determina el vacío de estos versos y las circunstancias del  destierro de algunas palabras.
The Xcubitor



¿Que veo? ¿Una distanciada caridad o una sofocada esperanza? ¿Qué eventualidad ha permitido desatar tal ridícula gama de sentimientos? Despliego mi imaginación abarcando los posibles escenarios que me puedan conducir a una embriagante calma.
Suena algo bello, y desafortunadamente no es de mi creación.



Tus dolores amanecen con el vértigo.
El bien disimula su pobre visión.
Nos vestimos de niños y mendigos.
Espero que un sabio rey nos corte en dos.




Querido cielo, no me aplastes con tantas bendiciones.
No me muerdas con tus extrañas felicidades.
Estoy dentro de los ojos del bien que me maldice.



Por otro día que dejare de disfrutar
llueven personas que no merecen lengua.




Mi clandestina formula para matar herejes.
Cosecho hoy un final que nadie se atrevía.
Buscare un pretexto oportuno para que me consueles.
Los delirios con los que te defiendes se transforman en arpías.
 



Suena la tempestad que va a llevar a todos los niños al cielo. 



Pasemos al otro mundo, donde los ojos son falsos.
Quiero verme en ti, quiero ser tu lóbrego santo.
Soy la bala ganadora, tu eres el gran perdedor.
Tienes las uñas rotas por ser juguete de esta aversión.




Me opongo a los desvaríos que te embellecen.
Soy la coordenada que ensombrece la insensatez.
Que importa si nos volvemos inertes.
Tu y yo estaremos bien.




En la niebla mordemos.
Queremos mejores y refinados infiernos.
De lo que tiembla quieres ser dueño.
Quizás algún día podamos contenernos.




Esto no evoca ninguna conmoción.
Que endeble es esta vulgar algarabía.
Solo escucho el bufido funesto de una maldición.




Estos papeles celebran la execración 
que coexiste en la incrédula ausencia de ideas.



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