martes, 8 de noviembre de 2011

INERCIA


Ansiedades de un ángel resentido

Busco la desigualdad de las formas.
Busco la divinidad en la discordia.
Envenenado es el futuro que nos brindan.
Sos un pedazo más de lo que la vida vomita.

Mis pecados carecen de penitencia.
Tu pánico es lo que me eterniza.
Con mis infamias hago que tus sueños padezcan.
Con tus angustias realizo mis negras misas.

El desencanto me es una maravilla
La miseria de los demás me resulta una dicha.
Sé que de mis lascivos labios quieres sentir.
Pero solo sentirás la mordedura del monstruo 
que te quiere hacer sufrir.

El milagro de la vida me resulta una burla
¿Después de todo crees que dios te escucha?
Este mundo se convertirá en una fea cicatriz.
Pues soy el recipiente que contiene el fin.
 



Todos piden milagros y solo obtienen azar.



Ten cuidado con el miedo y sus acompañantes.
Te siguen adonde pienses que puedas ocultarte.
No olvides que siempre hay obstáculos adelante.
Los problemas pueden seguirte sin cansarse.

Me esperan a otro lado del mundo.
Ahora sé que alguien piensa en mí.
Quiero escribirme un buen futuro.
Para crecer tengo que irme lejos de aquí.

Descubrirás que no he crecido.
Dejaremos de tener dulces palabras
Me convertiré en tu desaparecido.
Y olvidaras que alguna vez tuvimos alas.



Que irreparable e inquietante soy cuando me convierto en un muerto. Muero para ser otro y para buscar lo mismo. Adquiero una miríada de posibilidades para descender, retorcer y aplacar la mirada que consume mis deseos. Renacer me es insoportable, aunque tener que buscarla, y poseerla nuevamente, me entretiene.



Ellos me miran y dicen mi nombre.
Percibo una burla, y no es de alguien terrenal.
Tuerzo el cuello, y recuerdo mi existencia.
Mis dedos sienten el mundo, mi sien siente el metal.




Me encuentro donde todo esta, y nada encuentro.
Pertenezco donde los demás no existen.




No me agrandan las preocupaciones. No me deleita de gustar la sal de los problemas, que los mortificados sean otros. Conversar con el desencanto esta pasado de moda. El desamparado a veces carece de fundamento y se vuelve un invisible, un paria de una podrida nobleza. No soy carismático pero se aparentar apatía (uno de mis pocos talentos). No soy ningún explorador. Yo prefiero ser creador de mis propias oportunidades, de mis propios diálogos, de mi propio mundo aun cuando sea insignificante para otros. 



Sentémonos en el pasto o en una silla de un centro comercial. Mirémonos, compartamos el silencio, perdámonos por una milésima en la angustia besémonos, comencemos a creer que todo esta bien.  Sintamos el frio de las expresiones que caducan. Solo sabemos conversar de lo que ya murió. No siento lastima por el solitario, el todavía tiene posibilidades, aun puede despellejar, dormir, o tiene que desdoblarse, aun no es la insoportable victima del amor. 



De una forma u otra siempre seremos presos o prisioneros de otros.



Quería lamer los labios y el ombligo de la virgen María.
Déjame reescribir los testamentos con un poco mas de codicia.
Permítame dejar mi humildad para otro día.

Hoy salgo contento a desviar senderos y horizontes.
Para mi salvación no basta mil oraciones.
Practico el llanto para engañar a mis seguidores.

Me he acostumbrado a ser por siglos el peor ejemplo.
Me levanto cada día para desmembrar mandamientos.
Y te manipulo para que seas parte de lo que destruyo y lo que quiebro.

Mi valentía nace de tus  inconsistencias y debilidades.
Mi inmensidad brilla como el sol cuando actúan como animales.
Quizá has oído de mi… me conocen como el señor de todos los males.




Saboreo las posibilidades de la cosas improbables.



Vienes por los buenos momentos.
Debo ser el muerto que te humedece.
Hoy descubriré cuantos son mis miedos.
Soy el secreto por el cual desapareces.

Vengo de una calamidad imaginaria.
Esto no es el infierno que esperaba.
Soy de los niños criados por la nada.

Este ulterior amor nació de la cortada.



Tengo un cigarrillo para la soledad y otra para la tristeza.
Tengo marcada la inocencia y la juventud eterna.
Tengo la vida en una breve historia.
Tengo el corazón en una mente sin memoria.

Tuve mi último baile de condenado.
Antes de perder mi piel y mí trabajo.
El hambre y la incertidumbre no me son de asombro.
Mi destino se ha sellado. Seré otro cuerpo entre los escombros.




Que modas tan extrañas rigen el dolor.



Quien va a dormir en estos días
con tantos calambres y agonías.
Me roban la sangre que tengo en el alcohol.
Deje de prosperar cuando me dieron amor.
Me despido de esos confusos recuerdos.
Me despido de aquellos odios que terminaron en versos.
No hay mundo que comience aquí.
Solo esta los restos del universo donde existí.




Nuestras conversaciones siguen bien.
Aun no pensamos en otros.
Existo en el confort de ser fiel.
Y vivo enterrando muertos en el fondo.

Una prospera vida tendré entre oscuros secretos.
Mi amor no disminuirá entre a tus ojos.
En esta casa no hay frustraciones ni miedos.
Solo hay tranquilidad y paz entre nosotros.




La nada esta ahí… esperando a que mostremos la cara.



Gracias Dios por darle la enfermedad a otro y no a mí.
Gracias Dios porque son otros los niños los que sufren hambre y no los míos.
Gracias a Dios porque los miserables sean otros y no yo.




Solo seré querido por los desdichados, 
solo seré bendecido por los maldecidos.



Flores para mí y a estas desoladas canciones.
Un fugaz coqueteo al encanto de mis preocupaciones.
Mi nombre no se pluraliza y no digo cosas bonitas.
Quizá por eso no son felices esos desfallecidos que me denigran.
 



Disfraza todo lo que eres, de lo contrario nadie te necesitara.


No hay comentarios:

Publicar un comentario