jueves, 10 de noviembre de 2011

El único año de mi vida



Suena indigno, al borde de lo inmoral.
Suena a presagio, a algo que se puede propagar.
Ahora la inercia se podrá escuchar.
Nadie ha admitido que este desprecio es celestial.



La marca que define el final.
Mi descontrol sufre de nervios.
Esto me va a doler más.
El desacierto se apodera de mi cuerpo.



La hora de despertar, la hora de las noticias.
La hora de eliminar la procesión de las delicias.
La hora de adivinar por cuál de las ruinas me entierro.
Deseo saber por cuál de las plagas me muero.



Las brujas en el frio me golpean.
Despierto mil veces de la inconciencia.
Un día de estos puede que veas
las victimas de tu sucia miseria.




De despedida quiero una orgia, un desfile de enanos.
Mucha locura y algarabía, muchas mujeres de regalo.
Quiero una serenata que le cante a los borrachos.
Quiero a toda Bogotá a mi lado, con música fuerte en los carros. 

De despedida quiero el mejor Whiskey para mi paladar.
Y toda la clase de comida que nos pueda engordar.
Quiero a mi mejor amigo disfrutar de todo esto.
Pues será el último día para estar desechos.




Los papeles se han revuelto.
Ya conoces mi traje sangre.
De estas inconsistencias estoy hecho.
No espero que con la verdad me ames.




La nada y sus calores.
El dolor con sus flores.
Llegare con el pecho adolorido.
Llevando un cielo escondido.




La desilusión nunca fue mi opción.
Simplemente soy el que ella escogió.




Daños y consecuencias.
Penitencias innecesarias.
El mundo no nos tiene en cuenta.
Excepto cuando fallas.




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