miércoles, 9 de noviembre de 2011

La creación de los ineptos



Los grandes días de la fortuna
El descanso que lleva a la perdida.
Siento el suelo temblar por viejas tumbas.
Ya aprendimos a perder la vida con mentiras.



Escarchas de sangre vuelan sobre tu sonrisa.
En tu cuerpo recorre todos los aciertos y errores.
Soy del resentimiento que nunca se olvida.
Que debo hacer para que esto mejore.



Mi amor hacia a ti no llegara tan lejos como mis defectos.



El parque de los amores rotos,
de los adolescentes alcohólicos,
de la muda exaltación de los que están solos,
de lo tristemente cómico.



Fui bueno y me rescataron.
Fui bueno y me aplastaron.
Mi mente siempre ha estado descaminada.
Quizá por eso me han abandonado.
Me consume las ganas de un milagro.
Pues el poder dejo de estar en mis manos
Estoy furioso y paralizado.
Estoy deshabitado, con hambre y mareado.
Aunque tuve buenos aliados
que alimentaron mi imaginación y mi descaro.
Estuve cerca de aniquilar todas mis penas.
Aunque solo extrañaré las diosas de esta tierra.



Comienza a oler al pasado.
Volveré a mi condenada invisibilidad.
Volveré a estar retraído
y resignado a vivir en la inmovilidad.
Volveré a mi ceguera.
Volveré a donde nacieron mis penas.
Mis derrotados huesos quedaron sin carne.
No hay secreto en que terminare solo, sin nadie.


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