Vienen y van los cometas del pecado, y sus anécdotas son para nuestra vida, para los viajeros de lo desconocido. Calles y estrellas, somos fugaces entre los golpes que nos dan las luces de la noche.
Solo dispongo de desilusiones y de felicidades falsas.
La corrupta conciencia anima a los placeres a desplazarse y asumir el irrespeto de las obsesiones. Las quejas incesantes son burla. El pecado rechaza todo el amor adquirido. Sus rezos que alguna vez se oyeron, se diluyeron en le viento. La monótona sonrisa es alimento para los mediocres.
La armonía de los rezos elevan un sueño destruido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario