jueves, 10 de noviembre de 2011

EL CABALLERO DE LA VACUIDAD: Post-Guerra



Bajo con los ángeles antiguos.
Todos compartimos el engaño.
Atrapado otra vez en el limbo.
Quiero dejar de ser humano.



Ahí se encuentra la falla.
Ahí se encuentra el ataque masivo.
Ahí se encuentra el impulso y el mareo.
Aquí está el resultado de estar casi vivo.



No tendrás mi ayuda humanitaria.
No tendrás de mí una buena canción.
¿No tendrás una mejor idea
para acabar con mi depresión?

¿Cuándo prenderán fuego a la ciudad?
La lluvia no nos quiere ahogar.
La confianza se fue a otro lugar.
Llegó la irrevocable inestabilidad.

Ninguna historia hablara de mí.
El pasado ya no le importa verme.
Si alguien quiere sufrir…
Tiene la opción de quererme.



Nadie me advirtió sobre las jóvenes del sol.
Aun no sé cómo estas criaturas engañosas son.
La virtud de los monstruos, mundo de charlatanes.
Estúpidos para estos estúpidos estándares.



Confiscaran mi dignidad, las preguntas desaparecerán.
La buena vida es para aquel que niega la verdad.
Si no seré feliz, seré infeliz en mis propios términos.
Esta vez no habrá ningún un batallón que hará sentir menos.




Los malos presentimientos se burlan de mí.
La mala racha y la ironía destruyen por mí.
Se descompone inevitablemente el placer.
Se me acaban las razones para volver a nacer.



¿Por qué añoras la ansiedad, 

y persistes en encadenarte con el insomnio?
Al fin vuelves a ver la mañana con desencanto, y aflicción.
¿La debilidad es la que no te deja caminar, 

o es el exceso de tu vulgar ocio?
Es tarde para seguir aquí con este desorden de conversión.


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